Una dieta mediterránea hipocalórica con actividad física reduce el riesgo de diabetes

Información de Agencia SINC adaptada y editada por el equipo de coordinación de Redes ConCiencia – Iker Arroyo Martínez

Un estudio coordinado desde el Centro de Investigación Biomédica en RED (CIBER) del Instituto de Salud Carlos III (ISCIII) confirma que adoptar una dieta mediterránea hipocalórica, junto con un aumento de la actividad física, contribuye a reducir la aparición de nuevos casos de diabetes tipo 2 en personas con sobrepeso y alto riesgo metabólico. Sus resultados han sido publicados recientemente en la revista Annals of Internal Medicine.

Así lo evidencian los primeros resultados del estudio PREDIMED-Plus (PREvención con DIeta MEDiterránea), un ensayo clínico multicéntrico español, que ha seguido durante seis años a miles de personas en toda España.

PREDIMED-Plus es un ensayo aleatorizado, de prevención primaria cardiovascular en hombres (55-75 años) y mujeres (60-75), con un índice de masa corporal ≥ 27 y <40 kg/m2 y síndrome metabólico.

Durante el ensayo los participantes se aletorizarán en dos grupos. Por un lado, el grupo control sigue una dieta mediterránea suplementada con aceite de oliva virgen extra y frutos secos, sin restricción calórica, promoción de actividad física ni objetivos de pérdida de peso. Mientras que el grupo de intervención sigue una dieta mediterránea hipocalórica (con una restricción calórica del 30%) suplementada con aceite de oliva virgen extra y frutos secos, además de un programa intensivo de estilo de vida con promoción de actividad física diaria (45 minutos de caminar o equivalente) y objetivos de pérdida de peso que incluyen terapia conductural.

La diabetes tipo 2, una enfermedad crónica que deteriora seriamente la salud y la calidad de vida. Dado el notable incremento de su incidencia en los últimos años, en paralelo con la obesidad, resulta esencial impulsar estrategias accesibles y sostenibles enfocadas a su prevención.

El estudio PREDIMED, que lleva más de dos décadas activo, ya había demostrado en ensayos anteriores que una dieta mediterránea suplementada con aceite de oliva virgen extra o frutos secos reducía la incidencia de diabetes en un 30% en comparación con una dieta baja en grasas. Sin embargo, los resultados mostraban una reducción apenas perceptible del peso corporal.

A partir de ese conocimiento se puso en marcha el Proyecto PREDIMED-PLUS planteó una intervención sobre el estilo de vida más intensiva, con el objetivo de evaluar si pudiera aportar beneficios adicionales. Esta estrategia se basa en la pérdida de peso mediante una dieta mediterránea ligeramente hipocalórica, rica en fibra y de bajo índice glucémico, combinada con la promoción de la actividad física y apoyo conductual.

El estudio ahora publicado incluyó a 4.746 participantes de entre 55 y 75 años con sobrepeso u obesidad y síndrome metabólico y que no padecían enfermedades cardiovasculares ni diabetes al inicio. Los participantes fueron asignados al azar a uno de los dos siguientes programas: uno enfocado en seguir la dieta mediterránea (sin promocionar actividad física ni perseguir una reducción calórica de la dieta), y otro conductual enfocado a conseguir una pérdida de peso mediante una dieta mediterránea con una reducción planificada de 600 kilocalorías diarias y mayor actividad física.

Tras seis años de seguimiento, se observó que los participantes sin diabetes al inicio asignados al grupo de intervención intensiva (dieta mediterránea y actividad física) mostraron una mayor adhesión a la dieta mediterránea, aumentaron su actividad física, perdieron más peso, y necesitaron menos medicamentos para el control de su glucosa durante el seguimiento una vez diagnosticados de diabetes.

Además, los resultados del estudio muestran una diferencia significativa en el riesgo absoluto de desarrollar diabetes, el cual fue del 12% (349 casos) en aquellos participantes que siguieron solo la dieta mediterránea, frente al 9,5% (280 casos) de aquellos asignados a la intervención intensiva. Esta última estrategia redujo en un 31% los nuevos casos de diabetes en comparación con la dieta mediterránea sin restricción calórica ni recomendaciones de ejercicio.

El equipo de investigación concluye que los alimentos y nutrientes que componen la dieta mediterránea “actúan de forma sinérgica a través de diferentes mecanismos implicados en la diabetes tipo 2, como reducir la resistencia a la insulina, la inflamación y el estrés oxidativo”. “Estos efectos se ven potenciados por la actividad física y la pérdida de peso. Además, al tratarse de una dieta sabrosa, sostenible y culturalmente aceptada, puede convertirse en una estrategia ideal a largo plazo para la prevención de enfermedades cardiometabólicas”, añaden los autores.

  1. Equipo de redacción de SINC. Una dieta mediterránea hipocalórica con actividad física reduce el riesgo de diabetes. Agencia SINC. 2025. Disponible en: https://www.agenciasinc.es/Noticias/Una-dieta-mediterranea-hipocalorica-con-actividad-fisica-reduce-el-riesgo-de-diabetes